Artículos de lo más insospechado se acumulan en las dependencias de la Oficina de Objetos Perdidos de Madrid. Desde una lavadora que una mujer se dejó en un taxi, hasta una dentadura postiza, pasando por quien subió con las muletas en el autobús y bajó sin ellas. Eso por no hablar de la urna que contiene las cenizas de una mujer incinerada. Recientemente, la oficina de objetos perdidos del Ayuntamiento de Madrid ha tenido que trasladar su dependencia a la zona de Legazpi, al Paseo del Molino, porque no cabían más objetos. Cuentan que donde más objetos se pierden es en el aeropuerto de Barajas. ¿Por qué será?
No hay comentarios:
Publicar un comentario